El pasado jueves 23 de octubre,
El vivero de Abel asistió a la XIX JORNADA FRUTÍCOLA organizada cada año por el
IRTA. En ella hablaron grandes expertos del sector, como el Dr. Xavier Auqué.
Responsable de Sanidad Vegetal del DAAM.
En su presentación, habló del
estado actual del fuego bacteriano y de su distribución a lo largo de la
península, centrándose en los focos catalanes.
Para quien aún no lo sepa, la
enfermedad del fuego bacteriano está causada por la bacteria Erwinia amylovora (Burril) Winslow et al., considerada como organismo nocivo de cuarentena en la Unión
Europea, para la que existe legislación específica sobre medidas preventivas
contra la introducción y difusión (RD 58/2005), así como un programa nacional
de erradicación del fuego bacteriano de las rosáceas (RD 1201/1999 y RD
1512/2005).
Está considerada como la
enfermedad más devastadora de frutales de pepita en algunos países de Europa y
Norteamérica y es extremadamente
peligrosa para el cultivo de peral y manzano. Si se dan las condiciones
climáticas favorables, y las especies son muy sensibles, la producción se
reduce considerablemente y en algunos casos puede llegar a ser prácticamente
nula. El fuego bacteriano no es sólo destructivo para la cosecha del año en
curso sino también para las propias plantas. La muerte de yemas de flor, ramas
y árboles enteros de variedades sensibles en pocos meses puede comprometer
también la producción en años posteriores [1].
Actualmente, se encuentra en
prácticamente toda la península ibérica. Los primeros
síntomas suelen aparecer durante la primavera, en la época de floración,
ya que las flores son un órgano idóneo para la penetración de la bacteria. Se
debe prestar especial atención durante la floración secundaria.
El
síntoma inicial puede ser una flor o fruto joven necrosado en su
corimbo. Los brotes jóvenes son también órganos muy receptivos y
sensibles al fuego bacteriano. Inicialmente, E. amylovora produce
en ellos un marchitamiento, curvándose de una forma característica denominada
“cayado de pastor” y necrosándose. La coloración es marrón-rojiza en manzano y
negra en peral. Las hojas permanecen secas en el brote. Estos síntomas se
localizan con frecuencia en la zona media o baja del árbol, tanto en la
periferia como en el interior de la copa.
Las
lesiones producidas por E. amylovora progresan desde los corimbos o
brotes, pudiendo llegar a afectar también a ramas gruesas y al tronco, formando
chancros. Estos son un modo de supervivencia de la bacteria durante el
invierno y pueden originar nuevas infecciones en la primavera siguiente.
Cuando
el tiempo es templado y húmedo se producen exudados blanquecinos o
amarillentos sobre los órganos afectados. Estos exudados están constituidos por
millones de bacterias, por lo que son un importante factor de dispersión de la
enfermedad.
La manifestación
y velocidad de los síntomas dependen fundamentalmente de tres factores:
• Clima favorable: Las zonas de producción de
fruta de pepita de Aragón están consideradas zonas de riesgo climático elevado.
En ello influyen las lluvias y temperaturas que tienen lugar durante la
primavera.
• Sensibilidad y receptividad de la planta: Existen
diferencias notables de sensibilidad entre variedades y en los distintos
estados vegetativos de la planta. En general, los perales son mucho más
sensibles que los manzanos, y las flores, frutos y brotes en crecimiento activo
son los órganos más receptivos. También las plantas más vigorosas son más
susceptibles de infectarse. La producción de pera en Aragón puede verse
comprometida, dado que la mayoría de las variedades cultivadas son sensibles o
muy sensibles al fuego bacteriano.
•
Cantidad de bacteria presente (inóculo no controlado): A mayor número de
síntomas más cantidad de bacteria disponible para infectar. Si se producen
exudados bacterianos, el riesgo de dispersión es máximo.
MEDIDAS
PREVENTIVAS [2]
Los
objetivos son evitar la introducción de la enfermedad o, en su caso, la
eliminación precoz de los primeros focos. Estas medidas son las siguientes:
• No introducir clandestinamente, bajo ningún
concepto, varetas o material vegetal procedentes de zonas o países con fuego
bacteriano. La adquisición de plantas huéspedes de esta enfermedad debe
efectuarse solo en los viveros autorizados, exigiendo el Pasaporte
Fitosanitario con el distintivo ZP. En Aragón está prohibida la plantación
de especies huéspedes ornamentales, tanto en jardines públicos como privados.
• Inspeccionar sistemáticamente las
plantaciones. El control de la enfermedad solo será posible si se detectan los
síntomas precozmente, lo que supone que es el propio agricultor quien debe
colaborar mediante la inspección detenida y minuciosa de sus plantaciones y la
comunicación rápida de cualquier síntoma sospechoso. Solamente con esta
colaboración se puede evitar la dispersión de la enfermedad. Es fundamental
inspeccionar las plantaciones en los siguientes periodos:
-
Durante y después de la floración (vigilando especialmente las
floraciones secundarias).
Después de una lluvia, tormenta
y, sobre todo, después de un granizo.
En junio, julio y septiembre, realizar
visitas regulares en los periodos de crecimiento vegetativo activo de los
árboles, cuando se desarrollan los brotes.
• Los tratamientos con derivados cúpricos efectuados
en el periodo comprendido entre la caída de hojas y la floración, que se
recomiendan en el control preventivo de otras enfermedades, pueden ser también
efectivos para disminuir la cantidad de inóculo o inhibir momentáneamente la
multiplicación de la bacteria.
•
Otras medidas culturales son: eliminar manualmente la floración
secundaria; efectuar la poda preferentemente en parada vegetativa,
desinfectando los útiles; y controlar la fertilización para evitar un exceso de
vigor en las plantas.
No
obstante, debido a que no existen actualmente productos fitosanitarios eficaces para el control de esta
enfermedad, el arranque y destrucción inmediata de las plantas afectadas es
el único método eficaz. El éxito de la lucha radica en reducir el nivel de
inóculo y evitar la dispersión de la bacteria.
Bibliografía
[1] M. Cambra, A. Palacio-Bielsa, C. Lozano,
and J. Crespo, “El Fuego Bacteriano de las Rosáceas,” Erwinia amylovora. …,
2002.
[2] “El fuego Bacteriano,” Informaciones Técnicas, 2012. [Online].
Available:
http://www.aragon.es/estaticos/GobiernoAragon/Departamentos/AgriculturaGanaderiaMedioAmbiente/AgriculturaGanaderia/Areas/03_Sanidad_Vegetal/01_Protecci%C3%B3n_Vegetal/cpv_ana/FUEGO_BACTERIANO_ROSACEAS_2012.pdf.
[Accessed: 24-Oct-2014].
Otros enlaces de interés:
Foc
Bacterià: Desinfecció d’hibernacles
Foc
Bacterià: Mesures preventives
Foc
Bacterià: Símptomes visuals
Foc
Bacterià: Actuacions en espais verds
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